domingo, 12 de agosto de 2012

EN ALGUN LUGAR DE EUROPA



En aquel frío país de Europa tuvo lugar una de mis experiencias mas morbosas…
Una mañana nublada en el metro se sentó a mi lado un apuesto chico, enseguida entablamos conversación, nos contamos como la vida nos había llevado a esa ciudad. Yo me sentía sola allí y me venía bien conocer a gente, me propuso acudir a una cena en su casa con amigos, me anotó la dirección y sin demasiada intención de acudir me guardé el papel en el bolsillo del abrigo.

Estaba atardeciendo y no sé ni como me sentí interesada por asistir. Pocos minutos después allí estaba, me encontré con chicos y chicas guapas, agradables, acogedores,  pronto me adapté sin problemas.

Fue una cena interesante, y después llegaron las copas, todos estábamos animados, bailando, no parábamos de reír. Entonces Diana propuso un juego del que nunca había oído hablar, el de “Los Cinco Niveles” (pude traducir)



Todos nos colocamos alrededor de una botella vacía de Moet Chandon que giró hasta detenerse en Shara, la primera prueba consistía en elegir a uno de nosotros para besarle y eligió a la linda Diane. Ambas se pusieron en pie, se miraron, sus labios se tocaron, y sus lenguas se acariciaron, fue un beso muy sensual.

La botella de nuevo giró y esta vez le tocó a Elia, una rubia explosiva. En el segundo nivel debía mojarse con champán al ritmo de la música. Tan decidida, con aquella preciosa melena y cuerpo de pecado empezó a contonearse como una gata, la temperatura en el salón subía por momentos. Dejó caer el champán desde su cuello, hacia sus perfectos pechos, empapando el vestido de seda rosa que llevaba puesto. Se acariciaba, movía sus caderas como una diosa, consiguió calentarnos a todos.

Me sentía inquieta y temerosa ante la posibilidad de participar en aquel juego erótico, pero a la vez me excitaba.

La tercera vez la botella de detiene en Paul, el anfitrión. Esta prueba era un masaje, eligió a Shara. Ambos se desprendieron de sus camisas y el aceite se deslizaba en sus espaldas, sus manos masajeaban los cuellos, los pechos, deteniéndose excitantemente en los pezones, el juego iba subiendo de tono.
Shara le desabrochó el pantalón, e inesperadamente metió la mano, todos podíamos ver como tocaba su pene, y la cara de placer de él. Entonces Paul levantó la falda de ella agarrando su culo y le acarició por fuera del tanga.

La cuarta prueba me sorprendió todavía más, boca-sexo, y así pasó.
Enrique hizo rotar la botella y paró apuntándolo a él mismo. Se levantó y nos acarició a cada uno con sus carnsos labios en el cuello hasta detenerse en Susanne a la que sentó en un sillón, él permanecía depie frente a ella. Susanne le desabrochó el vaquero, y se lo bajó a los tobillos, hizo lo mismo con los calzoncillos, dejando a la vista su enorme pene erecto, entonces ante mi sorpresa se inclinó y comenzó a pasarle la lengua por los testículos mientras se lo agarraba con seguridad. Se podía sentir la pasión entre ambos. Después deslizó la lengua hasta su glande dedicándole unas caricias hasta que lo metió en la boca, y allí ante la mirada lasciva de los demás le proporcionó una mamada de ensueño.

Llegado aquel momento, estábamos impacientes por conocer el “quinto nivel” y poder participar.

Por fin la botella me eligió, me puse en pié y sin entender lo que pasaba Elia se acercó y me besó, fue muy morboso y me gustó. Entonces Susan dejó caer los tirantes de mi vestido provocando su caída, y dejándome desnuda, allí, ante todos. Comenzó a tocar mis pezones con su dedo índice, luego los humedeció con la lengua. Sentí como Paul besaba mi oreja, mi cuello, mis nalgas, la excitación era máxima y yo estaba muy húmeda…
Permanecí en pié cuando Enrique colocó su cabeza entre mis piernas, me levantó la derecha y empezó a lamer mi clítoris (jamás pensé verme en esa situación, pero decidí disfrutar del momento). Uno de los dedos de Enrique entró en mi vagina, tocándome perfectamente el punto G, mientras chupaban mis pezones y acariciaban mi culo, creía morir de placer….
Paul agarró con dedicadeza a Diane, desnudó su cuerpo moreno y la penetró por detrás, a la vez que Adrián metía su polla en la boca de Elia.
Shara y Susanne, tumbadas en la alfombra de pelo de cebra, colocadas estratégicamente para proporcionarse placer con sus dedos y lenguas, ante las miradas escondidas de los demás.
Todos estábamos disfrutando, en aquella nube de lujuria se sentía el placer, se olía el sexo y nos embriagamos de pasión.

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