Hola sex-adict@s,
he pensado que vamos a inaugurar el blog
con un post sobre sexo bajo a luna, experiencias que resultan muy morbosas y
que seguro que muchos de vosotros ya habreis tenido.
La luna me
transmite sensaciones románticas y hace que desarrolle el ingenio y las ganas
de rendirme a los placeres más primitivos bajo su blanca mirada.
Además en
ocasiones va unido a la excitante sensación de hacerlo “al aire libre” y que te
puedan ver, ¡me encanta!
Me vienen muchos
recuerdos a la cabeza en este momento, hoy os voy a contar uno de mis
preferidos:
El verano pasado,
en la Costa Cálida,
mi chico y yo nos dimos el capricho de una estupenda cena en el puerto, siempre
acompañada de un buen vino.
En esta ocasión no
había preparado nada (porque me encanta pensar fantasías y llevarlas a cabo,
claro) pero todo fue surgiendo. Tras la cena, nos dirigimos al coche, le dije
que prefería conducir yo y entonces se me ocurrió… llevé el coche al borde de
un oscuro acantilado precioso bajo la expectación de él, aparqué y le besé.
La luna era
creciente y proyectaba la luz perfecta para el momento. La mar estaba
tranquila.
Entonces salí del
coche y le dije que lo hiciese él también. Lo senté en el capó y le besé hasta
que noté que algo de mí cada vez estaba más y más caliente. Entonces fuí yo la
que se subió encima del capó, abrí las piernas, me subió el vestido y me
penetró. Tuvimos una de nuestras experiencias más placenteras.
Mientras lo
hacíamos pasaban barcos de pescadores, eso me excitaba todavía más, me sentía,
sexy y poderosa. Él con su mirada me lo transmitía todo.
Le sorprendí con
mi atrevimiento y le gustó, cosa que después me confesó.
Creo que este tipo
de vivencias sexuales hacen crecer la conexión, confianza y pasión en la
pareja. Es genial salir de la rutina y dejarte llevar.
Esta una de las
muchas historias que os contaré. Ahora es vuestro turno, animaos a contar las
vuestras, así, como siempre digo “aprenderemos los unos de los otros”.
Buenas noches y
buen sexo.
La Reina de Corazones