miércoles, 25 de julio de 2012

Con las perlas en mis manos

Esta noche vuelvo para contaros mi experiencia con el collar de perlas que os comenté en la última entrada.
Me lo propuse y lo hice, y ahí estaba yo desnuda y solo con mi estupendo collar de perlas. Le empujé a la cama, le tumbé y desnudé por completo, me senté a horcajadas sobre él y empecé a besarle los lóbulos de las orejas, después el cuello, hombros, pezones, ombligo, ingles…Después mi lengua acarició su perineo, sus testículos y al final su precioso pene. Al la vez que lo metía en mi boca iba rodeándolo con el collar vuelta a vuelta, sin librarme de su expectante mirada y de sus gemidos que acariciaban mis oídos.
Cuando estaba toda rodeada de perlas la cogí con la mano y empecé a deslizarla de “arriba abajo”, estaba muy excitada por la novedad del momento. De nuevo su pene volvió a mi boca y lo sentí más grande y todavía más caliente, no podía dejar de acariciarlo con el collar.  Sentí mis ingles mojadas, los dos estábamos sudando, empapados en placer…poco después me agarró con fuerza y entones explotó de satisfacción.

Fue un encuentro sexual con toque de glamour. Lo recomiendo y por supuesto repetiré.

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